Mi historia con la música

Desde niño la música estuvo presente en mi vida, fue mi refugio, mi motivación, inspiración, pasatiempo… mi todo.

Mis inicios en la música

Como suele pasar con todos, o con la mayoría de los que amamos la música, todo empezó con la música que oía mi familia. En mi casa había de todo, la ventaja de crecer en una familia de muchos integrantes es que con el paso de los años escuchas de todo, no me faltó el rock, las cumbias y salsas, canciones ochenteras jamás faltaron, artistas internacionales como Michel Jackson, Beatles, AC/DC, Metallica, Soda Stereo, Grupo Niche, Sinatra, Pavarotti, L. Amstrong, Édith Piaf… los nacionales tampoco faltaron, Pedro Infante, Jose Alfredo Jimenez, La Santanera, El Recodo, Miguel Aceves, El Tri, Luis Miguel, Maná, los sonideros, Javier Solís, las bandas filarmónicas en las ferias del pueblo, en general crecí rodeado de música todo el tiempo y eso marcó mi gusto musical y el desorden que puede haber en mis actuales playlist en aleatorio. 
La música también marcó momentos importantes de mi vida, pero el que más relevante en todo esto, es cuando en realidad aprendí a escuchar música.

El momento clave...

Todo pasó un día cuando yo tenía como 7 años y para ese entonces yo pensaba que la música de mis papás era “vieja” y no me gustaba para nada, claro, con el tiempo entendí que las canciones toman sentido con el pasar de la vida y las experiencias y justo, a esa edad, ¿que experiencia iba yo a tener? 
Ese día recuerdo claro que en mi casa sonaba Javier Solis y Roberto Carlos, dos de los pocos discos que en ese entonces teníamos y yo estaba “harto” de escuchar lo mismo… mi madre con esa paciencia que siempre la caracterizó se dió cuenta de eso, se me acercó y me dió una de las lecciones más grandes de mi vida, me dijo: “no solamente son canciones, ven y siéntate aquí”, nos sentamos en una pequeña banca improvisada que había en el jardín y continuó: “ahora cierra los ojos y concéntrate, escucha cada instrumento, también la letra, escucha cada palabra y comprende lo que dice. No solo escuches música, siéntela y VIVELA”. Y ese momento es lo que me tiene aquí ahora.

Conexión creativa

Otra de mis pasiones de la infancia fué dibujar, colorear y pintar todo lo que tuviera enfrente… si, todo, te digo que mi madre fué muy paciente, pero esa es otra historia, ahora ¿De dónde viene la inspiración?
Mi idea de diseños vá un poco más allá de los estampados comunes que existen en la merch oficial y “no oficial” de todas las agrupaciones y músicos. Como ya te conté, después de ese momento clave en mi vida, en el que realmente aprendí a interpretar lo que escuchaba, algo cambió en mi forma de apreciar la música, a partir de ese día me enfoqué en saber qué es lo que decía cada canción, entender la letra y tratar de imaginar las diferentes formas en que una persona puede percibir una misma canción. Con el paso de los años mis propias experiencias dieron forma a muchas melodías en mi cabeza, se convirtieron en recuerdos, experiencias de dolor y de alegría, en nostalgia y euforia. Y las canciones tomaron formas y colores, cobraron vida y se dibujaron en mi mente como un momento o una conexión especial para mi y así es como ahora hago mis diseños, pensando en lo que una canción transmite, imaginando la visión del músico al componer o interpretar una canción, imaginando lo que un hijo, un hermano, un padre, una madre o un amor siente al oír una canción especial, por que para mi cada canción es un sentimiento que provoca una emoción en quien la escucha y como cualquier arte es sujeta a interpretación y eso es lo que significa AMV.
AMV es más que solo una marca de ropa, es llevar un recuerdo contigo, es mostrarle al mundo que estás feliz y que los colores contagien a quienes nos vean bailando como locos a media calle, es demostrar que estamos pasando un momento difícil y que, quien lo entienda, pueda comprendernos sin decir una palabra, es llevar a esa persona a todos lados con nosotros, es esa promesa de volver o el recordatorio de no mirar atrás, es ir tras tu sueños, jamás rendirnos e ir por todo hasta el final.

AMV es más que el ritmo de fondo, es el soundtrack de tu vida, es tú vida contenida en un vinilo, es más que música, es… lo que te mueve.